28 abr 2010

28:4 Los que dejan la ley alaban a los impíos; Mas los que la guardan contenderán con ellos

Para poder justificar sus acciones contrarias a las Escrituras, los que la conocen y quieren vivir contraria a ella, le darán valor a las acciones de los que no saben de Dios. Los que iban por los caminos derechos pero los dejaron, incluso hablarán mejor de los impíos que de los que siguen en un camino bíblico. Dirán, a lo mejor, que han visto más rectitud en los inconversos que en los creyentes: alabarán a los impíos (1Sa 23:19-21). Es una mala señal cuando un creyente no haya nada condenable en el camino de los que actúan contra el orden de las Escrituras.
Es que lo usual es que el creyente contienda, sienta celo por la Palabra de Dios (Efe 5:11), sabiendo que los caminos contra su Palabra son ofensa a Dios (Fil 3:18). Pero el actuar del creyente será siempre el mejor respaldo para contender, mostrando un camino mejor (1Pe 2:12)

13 abr 2010

13:4 El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada

Es que el perezoso sólo desea, porque llevar a cabo, requiere esfuerzo o trabajo que no está dispuesto a hacer. Otro peligro de desear solamente, es la tentación a la codicia, es decir desear lo que no corresponde y por malas motivaciones. También existe el peligro de la envidia, es decir molestarse y guardar amargura por lo que otros han alcanzado. Así, dándose vueltas en estas actitudes, no logra sus deseos.
Por lo tanto se debe recordar que Dios produce tanto el querer como el hacer (Fil 2:13), y por lo mismo debo estar atento al deseo pues si es impulsado por la voluntad de Dios, entonces él mismo me capacitará para llevar adelante aquella inquietud. Por lo tanto, el deseo interno, el del alma, ayudada por la fuerza del Espíritu de Dios será logrado.