Quien actúa en base a la impiedad da la impresión de prosperar en lo que hace, pero a la larga no se sostendrá por más tiempo y caerá. El que actúa en base a la piedad, el que actúa según lo correcto, es decir según la Palabra, aunque pase por las mayores dificultades volverá a levantarse. Quedará la raíz y esta volverá a brotar y dar fruto (v.12; Job 14:7-9). En el caso del que actúa según la impiedad, no tiene raíz que le sustente (Mt 7:21-23).
Puede que al creyente las cosas le sean tales que su árbol pierda las hojas y las ramas y aún el tronco sea cortado, pero su raíz, sustentada en la Palabra de Dios, por esa fuente divina, sera humedecida y volverá a levantarse, surgirán sus ramas se llenará de hojas y vendrá la flor y se hará nuevo fruto (Sal 1:1-3).
Puede que al creyente las cosas le sean tales que su árbol pierda las hojas y las ramas y aún el tronco sea cortado, pero su raíz, sustentada en la Palabra de Dios, por esa fuente divina, sera humedecida y volverá a levantarse, surgirán sus ramas se llenará de hojas y vendrá la flor y se hará nuevo fruto (Sal 1:1-3).