1 oct 2009

1:10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas

Llega un momento en que somos personalmente responsables por ser engañados o no. Los hijos deben ser enseñados de tal manera, que ellos sepan decir que no a la mala invitación; para lo cual se requiere desarrollar en ellos convicciones que sean su guía (Fil 1:9,10).
Debe notarse que la manera que usarán para lograr que el justo haga lo indebido, es engañar, porque no pueden presentar argumentos verdaderos para convencer a hacer lo malo, y usarán la seducción para engañar en aquellas áreas que le sean atractivas al justo (Stgo 1:14).

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