25 nov 2009

25:11 Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.

Nuestra naturaleza pecaminosa trae por resultado que nos equivoquemos muchas veces en el uso de nuestras palabras (Stgo 3:2). No puedo esperar que de forma natural surjan las palabras adecuadas, porque vienen del corazón (Mt 12:34). Las palabras correctas han de venir de un corazón regenerado por Dios y su Palabra (1Co 2:14,16). Requiere trabajo, por lo tanto, contra nuestra carne (v. 4); así como el orfebre debe trabajar para producir un fruto que no se da en la naturaleza, pero que sin duda, serán muy apreciadas por quien las reciba. Requiere sabiduría y la gracia de Dios, toda su ayuda (Sal 19:14) y nótese que esto está conectado a su Palabra (Sal 19).
La manzana es de oro; esto es, la idea es correcta, valiosa, importante. Pero tiene figuras de plata, esto es, hay una forma de presentarla, para que llegue a quien la recibe y luego pueda apreciarla en su valor. Así es la palabra, como oro; dicha como conviene, como con figuras de plata. Quizá por ello el candelero que iluminaba el tabernáculo o el templo traía estas figuras de manzana (Exd 37:17-27).

20 nov 2009

20:11 Aun el muchacho es conocido por sus hechos, Si su conducta fuere limpia y recta.

Siempre llama la atención alguien que actúa correctamente, se destaca aunque sea un muchacho al que de otra manera quizá no se le prestaría atención. Es buena reputación (1 Sam 16:18) que ayuda en el futuro y deja sin argumento al que excusa los malos hechos diciendo que “es tan solo un muchacho” porque aún ellos pueden actuar moralmente bien. Los padres pueden captar así su inclinación viendo su fruto, para guiarles hacia Dios (4:11). Otros errores pueden cometer propios de la inmadurez pero aquí se habla de moral (limpieza, rectitud) .

14 oct 2009

14:10 El corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entremeterá en su alegría

Nada más privado que el corazón. Muchas cosas se pueden aparentar pero el corazón sabe bien la realidad (1 Cor 2:11). La persona sabe bien qué tan profunda es su amargura y nadie experimentará mejor su propia alegría; quizá otros apenas puedan comprender la amargura de alguien (1 Sam 1:10,12,13; 2 Rey 4:27; Lc 22:62) y no puedan saber del gozo inefable (Job 34:29; Lc 19:6; Jn 16:22), pero Dios puede entendernos cabalmente (Jer 17:10), por ello podemos y debemos orar con confianza (Sal 139:1; 31:7; 37:4; Mt 6:8) seremos así guiados, corregidos, consolados (1 Jn 3:20).
Entender esto nos guarda de ir demasiado lejos en suponer las intenciones del corazón, pues, por su Espíritu, tenemos el discernimiento para captar lo necesario (1 Cor 2:15; Jn 7:24) para ser de ayuda al prójimo (Gal 6:1).

13 oct 2009

13:10 Ciertamente la soberbia concebirá contienda; Mas con los avisados está la sabiduría.

Es algo seguro que quien actúa con soberbia va a provocar problemas, en su relación con otros. El soberbio, como tal, cree que cualquier cosa solo a él le afecta y cree que lo puede sobrellevar, porque es soberbio. Pero afectará su relación con otros al no reconocer los errores, al insistir en un camino equivocado, al no escuchar la prevención o el consejo. Además, como tendrá la oposición de Dios (Stgo 4:6), entonces no le irá bien, afectando así sus relaciones.
El avisado es aquel que sí oye el consejo, que tiene un oído dócil a la instrucción y a la corrección (14:15). Que en humildad expone sus caminos ante Dios esperando Su aprobación y dirección. Es prueba que camina según el temor de Dios, que actúa en sabiduría.

6 oct 2009

6:10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo


La característica de un perezoso es el dormir. Aquí están los argumentos y actitudes típicas del perezoso: andar con un poco de sueño, así que se quiere acostar luego; a la mañana quiere estar un poco más acostado, es decir quiere un poco de dormitar; a la tarde necesita una gran siesta de la que le cuesta levantarse, pues argumenta que necesita más reposo; aunque en cada caso argumenta que es solo “un poco”, la suma de ellos trae la pregunta del vers 9: ¿hasta cuándo?

1 oct 2009

1:10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas

Llega un momento en que somos personalmente responsables por ser engañados o no. Los hijos deben ser enseñados de tal manera, que ellos sepan decir que no a la mala invitación; para lo cual se requiere desarrollar en ellos convicciones que sean su guía (Fil 1:9,10).
Debe notarse que la manera que usarán para lograr que el justo haga lo indebido, es engañar, porque no pueden presentar argumentos verdaderos para convencer a hacer lo malo, y usarán la seducción para engañar en aquellas áreas que le sean atractivas al justo (Stgo 1:14).

29 sept 2009

29.9 Si el hombre sabio contendiere con el necio, Que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.

Si un sabio trata con otro sabio, primero no será contienda agresiva, y traerá bendición porque lo correcto saldrá a luz y ambos se sentirán satisfechos (13:20; 14:9). Pero contender con un necio es una pérdida de tiempo que trae frustración (10:21; 12:15; 23:9). Es interesante sí que el argumento bíblico siempre hace obra en la persona que lo oye, cualquiera sea su reacción (Rom 1:16; Isa 55:11); por ello en vez de contender (26:4) mejor es presentar claramente la verdad de la Palabra (26:5).
El problema del necio es el no tener iluminado su entendimiento (17:16). Generalmente el necio, por lo mismo, tiene que aprender experimentalmente (26:3)

28 sept 2009

28:9 El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable

Es cierto que Dios siempre oye y atiende a la oración (Sal 65:2). Pero si alguien no quiere escuchar a Dios sería justo que Dios tampoco le oiga. Pero no solo eso sino que se nos dice que el no oir de la Palabra es una abominación, pues ocupa la palabra “también” (1:24,28).
Entendemos que al no presar atención a la Palabra su oración será abominable, porque al no oírla, no sabrá la voluntad de Dios, entonces no pedirá como conviene (1 Jn 5:14), por lo tanto no será oído

23 sept 2009

23:9 No hables a oídos del necio, Porque menospreciará la prudencia de tus razones

Tratar de apelar (hablar a los oídos) con razones prudentes al necio, es un malgasto; no apreciará lo razonable. Mas bien hay que redargüir, contrarestar sus argumentos mostrándole que no sirven, que se contradicen, que no van conforme a lo que Dios ha dicho (26:5) y debe ser de manera enfática (Mt 7:6), y no esperando que inmediatamente razonarán, más bien debemos orar para que la verdad despierte sus corazones, si Dios quiere (2 Ti 2:25)

22 sept 2009

22:9 El ojo misericordioso será bendito, porque dio de su pan al menesteroso

El que mira con misericordia a las necesidades de otro, ya tiene un primer impulso bueno. Si lo pone por acción, entonces recién recibirá bendición. No es sólo hablar de tener misericordia o de reconocer las necesidades que hayan, sino el hacer algo al respecto y hacerlo de su pan, no del de otros; pues es muy fácil mostrarse "solidario" usando los bienes de otros. En esto se ve la verdadera misericordia; como lo hace Dios cada día con hechos concretos (Stgo 2:15,16; 1Jn 3:17).

21 sept 2009

21:9 Mejor es vivir en un rincón del terrado Que con mujer rencillosa en casa espaciosa

Una mujer rencillosa es la que todo le molesta y por cada pequeña cosa provoca una discusión. Ante eso, es una persona difícil de tratar y de convivir. Lo que Dios más valora es el espíritu afable y apacible (1 Ped 3:4) por lo tanto es importante la formación que damos a nuestros hijas y qué es lo que se valora en la sociedad, pues la meta es que sea una ayuda idónea y no un tropiezo constante.
Esto de irse al rincón del terrado, nos da una idea para reaccionar contra lo que no razona. Es mejor apartarse dentro de la casa y qué mejor que hacer en un rincón del terrado que orar, ya que el corazón de todos está en la mano de Dios (Prov 21:1) y también para pedir sabiduría (1 Ped 3:7).

17 sept 2009

17:9 El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo

No tiene sentido hablar de las faltas de alguien a menos que se tenga la mala intención de buscar satisfacción personal de sentirse mejor que alguien o presentarse como mejor que otra persona. Si hay una falta, nuestro deber es ayudar a reaccionar al que la cometió (Gal 6:1) y si se trata la falta con otra persona, es para solicitar su ayuda en convencer al falto para que salga de su error (Mt 18:16). Una vez conseguido el arrepentimiento ya no tiene propósito hablar a otros de lo que ya fue perdonado y abandonado. Por ello debe ser cubierta, como si no hubiese pasado (Miq 7:19). Dios lo hace así con nosotros (Jer 50:20; Isa 43:25; Heb 10:17).
Al contrario, divulgarla, muestra falta de amor y compasión, y arruina la relación de supuesta amistad (16:28). Se puede saber quien es un verdadero amigo por esto, incluso un verdadero hermano (17:17).